Tenía necesidad
de escribir acerca de una experiencia que para mí era revolucionaria a nivel
interno: viajar a tres países asiáticos por casi dos meses.
Mis vivencias,
sensaciones, miedos y oportunidades están ahora en la nube de Internet a
disposición de quienes quieran leerlas y, de alguna forma, revivirlas como
propias. Estaba del otro lado del mundo,
pero muy cerca.
Y ustedes se
preguntarán qué tiene que ver mi viaje con las
oportunidades de Internet y mi
rebelión interna: yo pienso que mucho.
El concepto de que Internet es una frontera abierta que
permite crear en su nube tiene estrecha relación para mí con mi viaje lejano y
las ganas que me vinieron estando allá de retomar objetivos pendientes como
finalizar la Licenciatura en Comunicación.
Por 5, 6 años
estuve alejada del ámbito académico consumida por el trabajo diario en una
redacción de noticiero de TV. 10 años comunicando historias ajenas, el blog fue
la oportunidad de contar la mía.
Estando en una
habitación de hotel en Camboya me llevé la sorpresa de que más de 3 mil
personas de todas partes del mundo habían
tenido accedo al blog. Seguro que no eran los miles que escuchan las
noticias que doy a diario en el informativo uruguayo, pero me habían encontrado
en la nube de forma casi milagrosa.
Me sumergí en
las estadísticas que me permitían conocer el número de visitas al blog, de qué parte del mundo lo hacían y las
principales fuentes de tráfico. Me apasioné por lo desconocido haciendo y
deshaciendo valijas, publicando en mi espacio internauta casi a diario hasta
volver a Montevideo.
Por eso comparto
que tanto en Internet como en la vida, no es tarde ni temprano, sólo cuestión de
zambullirse e iniciar una navegación más
profunda.
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