19/12/2013
En busca de los mencionados
budistas fui durante mi tercer día en Bangkok: construcciones inmensas,
cúpulas, estatuas de buda gigantes, medianas y pequeñas, oro y diferentes
piedras preciosas rodean el misterioso mundo de los budistas. Turistas invaden
los denominados wats dejando sus zapatos afuera e ingresando descalzos al
interior de los templos. Los pisos siempre están brillantes y las figuras de
buda rodeadas de flores, inciensos, frutas, joyas y dinero. Sí, dinero a pesar
de la vida sencilla que llevan quienes profesan la religión, es que estos viven
de las donaciones.
El buda reclinado más grande del mundo |
Wat Pho, uno de los templos budistas más visitados en Bangkok. |
El denominado Wat Pho estaba
en nuestra mira y hacia allí fuimos. En el templo se puede apreciar el buda
reclinado más grande del mundo, mide 46 metros de longitud y 15 de altura y
representa su paso al Nirvana, o sea la muerte de Buda.
Cientos de estatuas residen en
el templo y al lado de cada una siempre hay una caja donde se reciben
donaciones, lo que me hace recordar que nada es gratis en esta vida, menos
mantener tal infraestructura para quienes las ven y para quienes la sienten.
La figura clásica del monje,
completamente pelado, descalzo y con túnica naranja aparece con poca frecuencia
en el interior de esos centros espirituales más llamativos, yo esperaba ver
más. En la calle los vi caminar solos,
sin tener contacto con la gente, con la
apariencia egoísta de ver solo hacia su interior.
Sentí estar muy lejos de la
filosofía de vida que buscaba al ingresar en esos grandiosos lugares repletos
de figuras místicas: turista va, turista viene en busca de la mejor fotografía.
Puro materialismo y lo espiritual te lo debo, así lo sentí yo.
Algún que otro monje se pasea
por el lugar, pero sin mantener contacto con los viajeros y entre ellos se mezclan quienes rezan, se
arrodillan y meditan ante el objeto de oro. Mientras, en mi cabeza asociaba lo que estaba viendo con
los fieles arrodillados ante la cruz en una iglesia y el Vaticano repleto de
oro. Cuestión de fe, dicen quienes creen en algo.
El ingreso de mendigos está
prohibido en esos grandes templos budistas, que viven del turismo, al cual por
su puesto le cobran entrada.
En los wats menos llamativos
tailandeses en situación de calle buscan sombra, agua y un rincón para dormir. Allí
la entrada no se les prohíbe.Descalzos igual que los monjes, pero lejos del oro, las donaciones, las
estatuas y los ojos de quienes no quieren ver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario